miércoles, 26 de marzo de 2008

Principia Caótica - Pete Carroll

Principia Chaotica: Chaos Magic For The Pandaemonaeon (traducción)
- Pete Carroll

En la Magia Caótica, las creencias no son vistas como fines en sí mismas, sino como medios para crear los efectos deseados. Darse cuenta de esto se traduce en encarar la terrible libertad en la que nada es cierto y en donde todo está permitido; lo que es decir que todo es posible, que no hay certezas, y que las consecuencias pueden ser terribles... La Risa parece ser la única defensa contra la comprensión de que uno no tiene siquiera un yo real.

El propósito de los rituales Caóticos es crear creencias procediendo como si éstas fueran ciertas. Se finge hasta lograr que lo sean, para de esta manera obtener el poder que semejante creencia pueda proveer. Luego, si tienes sentido del humor reirás y buscarás los requisitos o creencias necesarias para lo que sea que quieras hacer luego.

Por eso el Caoísmo proclama la muerte y renacimiento de los dioses. Nuestra creatividad subconsciente y nuestros poderes parapsicológicos son más que adecuados para crear o destruir cualquier dios o ser o demonio; o cualquier otra entidad "espiritual" que podamos escoger para invertir en ella creencia, o dejar de hacerlo... Los resultados frecuentemente asombrosos que se obtienen al crear dioses por el acto de comportarse ritualmente como si existieran, no deberían llevar al Mago del Caos hacia el abismo de atribuirle realidad última a cualquier cosa. Este es el error trascendentalista que conlleva a reducir el espectro del Ser. El verdadero asombro yace en el rango de cosas del que podemos descubrirnos capaces de hacer; sin importar que temporalmente debamos creer que tales efectos provengan de otra fuente para poder crearlos... Los dioses están muertos. ¡Vivan los dioses!

La Magia atrae a aquellos con grandes dosis de presunción e imaginación fértil sumados a una fuerte sospecha de que ambas, realidad y condición humana, tienen cualidad de juego... El juego es abierto y se juega a sí mismo por recreo. Los jugadores pueden establecer sus propias reglas hasta cierto punto, y usar poderes psíquicos si quieren para hacer trampa.

Mago es aquel que ha vendido su alma por el chance de participar más plenamente de la realidad. Sólo cuando nada es cierto y la idea de un yo verdadero es abandonada, es que todo se vuelve permitido... Hay algo de cierto en el mito de Fausto, pero falló al no haber sido llevado hasta sus últimas (y lógicas) consecuencias.

Sólo se necesita aceptar una simple creencia para hacerse Mago: La meta-creencia de que toda creencia es un medio para alcanzar efectos. Este efecto es mucho más fácil observarlo en otros que en uno mismo. Es usualmente fácil ver como otras personas, y de hecho culturas enteras, son habilitadas y/o discapacitadas por las creencias que sostienen. Las creencias tienden a llevar consigo actividades que tienden a reconfirmar la creencia en un círculo que llaman virtuoso y no vicioso, aun cuando sus resultados no sean para nada divertidos... La primera etapa de Ver a través del juego puede ser una iluminación repentina que puede llevar al cinismo o al Budismo. La segunda etapa, que consiste en aplicar tal perspicacia hacia uno mismo, puede destruir la ilusión de un alma y crear a un Mago. La comprensión de que la creencia es un medio más que un fin tiene inmensas consecuencias si es cabalmente aceptada. Dentro de los límites impuestos por la posibilidad física (y estos límites son más flexibles y maleables de lo que la mayoría de la gente cree), uno puede hacer real cualquier creencia que se escoja, incluso aquellas contradictorias... El Mago no lucha por ninguna meta o identidad en particular: mas bien desea la meta-identidad de ser capaz de ser cualquier cosa.

Por lo tanto, bienvenido al Kali-Yuga del Pandaemonaeon donde nada es cierto y donde todo es permisible. Porque en estos días post-absolutistas es mejor construir sobre arenas movedizas que sobre la roca que te confundirá el día que ésta se haga añicos. Los filósofos se han vuelto no más que custodios de sarcasmos útiles, pues el secreto del Universo es que no hay secreto... Todo es Caos y la evolución no va a ningún sitio en específico. Es el puro chance lo que rige el Universo y por tanto, y sólo por esto, es que es la vida buena. Hemos nacido accidentalmente en un mundo aleatorio donde sólo causas similares producen efectos aparentes; y muy poco es predeterminado, gracias al Caos. Como todo es arbitrario y accidental entonces quizás estas palabras quedan muy cortas o peyorativas. Es preferible decir que la vida, el Universo y todo, es espontáneamente mágico y creativo.

Saboreando la realidad estocástica podemos deleitarnos exclusivamente en definiciones mágicas de la existencia. Los caminos del exceso pueden llevar aún al lugar de sabiduría, y muchas cosas indeterminadas pueden pasar en el camino al equilibrio termodinámico. Es vano buscar tierra sólida donde establecerse: La Solidez es una ilusión, como lo es el pie que en ella se para; y el yo que piensa que posee cualquiera es la ilusión más transparente de todas.

Los pesados barcos de la fe están maltrechos ya y se hunden junto a todos los botes salvavidas y demás balsas ingeniosas. Entonces, ¿irás de compras al supermercado de las sensaciones y permitir que tus preferencias consumistas definan tu yo real, o de manera alegre y arriesgada y con pasos ligeros robarás por el sólo placer de hacerlo? Pues la creencia es un medio para alcanzar lo que sea que uno escoja considerar necesario o placentero, y la sensación no tiene más propósito que la sensación. Por lo tanto, entrégate a ellas sin pagar el precio. Sacrifica Verdad por Libertad en toda oportunidad. Hay poco mérito en simplemente ser quien sea que hayas sido destinado a ser por accidente o circunstancias. El Infierno es la experiencia de no tener alternativas.

Rechaza pues las obscenidades de ese maquinado orden con su propósito y uniformidad. Dáte vuelta y encara la marejada de Caos de la que estuvieron huyendo aterrorizados los filósofos por milenios. Salta y monta su ola, brincando en medio de la bizarrés ilimitada que llena de misterio todas las cosas para aquellos que descartan las certidumbres como falsas. Gracias al Caos, jamás la agotaremos. Crea, destruye, goza.

Io Chaos!

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